Esta forma de investigación (o de estar presente) desobedece las metodologías tradicionales al explorar el arte callejero como un texto vivo de nuestras realidades urbanas. En el Distrito Central, las calles se han convertido en observatorios sociales, donde los muros narran historias de femicidios, luchas por derechos y demandas de justicia.
Reflexionar sobre estos mensajes nos invita a cuestionar las estructuras del conocimiento dominante. Las calles hablan de lo que no se dice, convirtiéndose en un espacio para construir nuevas formas de pensar, sentir y existir.
¿Qué dicen tus calles? Este enfoque busca no solo observar, sino también dar valor al saber colectivo que emerge de los espacios compartidos.


